Primera Hora

Se apagó su eterna sonrisa
VÍCTOR Pellot Power, legendario primera base que brilló tanto en el béisbol invernal de Puerto Rico como en las Grandes Ligas, falleció ayer en la mañana a causa de complicaciones relacionadas con el cáncer que le aquejaba. Tenía 78 años.

El cuerpo de Pellot Power, natural de Arecibo y considerado un revolucionario del béisbol por la manera en que reinventó la posición de primera base, será velado desde hoy a partir de las 10:00 de la mañana hasta temprano el viernes en el Museo del Deporte de Puerto Rico en Guaynabo. Ese mismo día en la tarde será enterrado en el cementerio Porta Coeli en Bayamón.

A Pellot Power, quien tenía 78 años, le habían diagnosticado cáncer en la próstata hace 11 años e incluso llegó a ser intervenido quirúrgicamente. Tras varios años de estabilidad, el cáncer volvió a aparecer, pero esta vez ya se le había extendido por prácticamente todo su cuerpo. En los últimos meses de su vida se la pasó entrando y saliendo del hospital hasta su muerte ayer en el hospital San Pablo de Bayamón.

"Siempre lo recordaremos por su alegría, por todas las anécdotas de las que nos hablaba. También porque les abrió las puertas a muchos otros peloteros puertorriqueños en las Grandes Ligas", indicó a PRIMERA HORA su hijo Víctor Pellot, Jr., quien sirvió de portavoz de la familia.

Pellot Power ganó siete "Guantes de Oro" en las Grandes Ligas en reconocimiento a su gran labor defensiva y debutó en las Mayores en 1954 con los Atléticos de Filadelfia. También militó con los Indios de Cleveland, los Gemelos de Minnesota, los Angelinos de California y los Filis de Filadelfia en 12 años de carrera profesional.

En sus último años, el ex jugador y dirigente de los Criollos de Caguas en la pelota invernal, permaneció bajo el cuidado de su hermana Carmen.

"Los últimos meses fueron bien tristes en el sentido del mucho dolor por el que atravesó", manifestó su hermana Carmen, con quien Pellot Power vivió por los pasados cuatro meses. "Pero, él se tomaba los medicamentos y recuperaba ese espíritu bromista que lo caracterizaba"

Según Carmen, una de cinco hermanos que le sobreviven a Pellot Power, fue precisamente el sentido del humor que caracterizó a su hermano lo que le ayudó a sobrellevar gran parte de su enfermedad.

"Oh sí, su sentido del humor fue instrumental, pues le ayudó a hacer los momentos difíciles un poco más suaves", precisó Carmen.

Durante su carrera como jugador, Pellot Power tuvo que superar una serie de prejuicios que muchas veces atentaron contra su éxito como pelotero. Antes de debutar en las Grandes Ligas en 1954 con los Atléticos de Filadelfia, Pellot Power perteneció a los Yanquis de Nueva York, equipo que nunca le dio la oportunidad de jugar en el equipo grande, a pesar de que tenía todos los credenciales. Todo porque era negro.

Finalmente, con 26 años y tras ser canjeado a Filadelfia, pudo ver hecho realidad su sueño de jugar en las Mayores.

Pellot Power también fue notorio por pasearse con mujeres rubias en Cadillacs color rosa y por combatir -casi siempre con humor- el racismo que imperaba en Estados Unidos a mediados del siglo pasado.

Horas después de su muerte, su hermana todavía lo recuerda como un luchador, siempre con el humor como su arma de combate.

"Siempre luchó mucho para mantenerse fuera de dolor. Dio la batalla siempre", expresó.

"Lo recordaré siempre por las palabras que me decía de que había que servir. Así que yo espero seguir sirviendo y ayudando a los demás", rememoró Carmen.

Hay otras facetas de Pellot Power que le hicieron un personaje inigualable. Por ejemplo, ayer cuando este diario le preguntó a su hijo Víctor, Jr., cuántos hermanos tenía, no pudo precisar.

"Debemos ser unos cuantos, pero no me atrevo precisar cuántos somos", expresó con una mezcla de humor y picardía. "Puede que sigan apareciendo".

Incluso, su hijo contó que Pellot había expresado en una ocasión que quería unir a todos sus hijos y nietos, a lo que su hermana le dijo bromeando: "Tendrás que alquilar un salón de hotel, porque en una casa no van a caber".

Pero, curiosamente, ahora que Pellot falleció, es posible que vea cumplido su sueño de estar rodeado por toda su familia, tanto los que se conocen como los que no, para brindarle su último adiós.

El Nuevo Día

De luto el béisbol
JUGABA LA inicial de una forma 'arrogante'. Su estilo elegante de fildear le dio una dimensión diferente al juego durante la década de los cincuenta.

Para muchos, Víctor Pellot fue uno de los jugadores más inteligentes de su época. Su nivel de juego, además, estuvo a la par con las principales figuras del béisbol puertorriqueño, es decir, Roberto Clemente y Orlando Cepeda.

“El decía que era uno de los peloteros más inteligentes del béisbol. Y en verdad fue la inteligencia lo que lo hizo bueno”, dijo José 'Pantalones' Santiago, quien coincidió con Pellot en el 1956 cuando ambos jugaron con los Atléticos de Kansas City.

“Lo vi jugar. Y he visto a los de ahora. Te puedo decir que es el mejor primera base que ha pasado por el béisbol. Tenía una forma elegante de fildear. Recuerdo que una vez dijo que si era necesario fildear con las dos manos entonces tendrían que usarse dos guantes”.

Santiago es de los que piensa que la carrera de Pellot pudo haberse extendido por más tiempo en las Grandes Ligas.

Pero los prejuicios raciales, propios de esa época, evitaron que Pellot pudiera hacer una carrera más lucrativa en las Mayores. Sólo jugó 12 años en el circo grande.

“La cuestión del racismo le perjudicó muchísimo. En aquellos tiempos los equipos no se atrevían a tener peloteros de color. El racismo tuvo mucho que ver”, agregó Santiago, refiriéndose específicamente al hecho de que los Yankees de Nueva York nunca lo quisieron ascender.

“Eso, sicológicamente, le afectó. Se mereció jugar con los Yankees. Pero de todas formas llegó a ser una estrella. Eso fue lo importante”.

“Estoy apenado con su muerte. Estoy seguro que estará jugando la primera base en el equipo del cielo”, agregó.

Méritos para esa simbólica posición conferida por Santiago no le faltan. Pellot es considerado por muchos en Puerto Rico y fuera de la Isla como el mejor primera base defensivo de todos los tiempos. Ese reconocimiento lo ganó al ser galardonado con siete Guantes de Oro de forma consecutiva entre las temporadas del 1958 y el 1964.

El veterano periodista Ramiro Martínez abundó al respecto señalando que Pellot es “la figura más grande que ha dado la primera base”.

Juan González, director ejecutivo de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico, en tanto, dijo que Pellot debe ser recordado como uno de los mejores jugadores de Puerto Rico de todos los tiempos.

“Víctor Pellot Power está en la misma categoría de Roberto Clemente y Orlando Cepeda. Por lo único que no está en el Salón de la Fama, como ellos, es porque no acumuló las mismos números porque no estuvo el tiempo suficiente, ya que le tocó jugar en una época muy difícil. Pero para los que sabemos de su valor, lo tenemos en el Salón de la Fama”, dijo González.

Las estadísticas de por vida de Pellot en las Grandes Ligas le recuerdan como un bateador de .284 de promedio de bateo con 1,716 hits, 290 dobles, 49 triples, 126 jonrones, 658 carreras impulsadas y 765 anotadas en 6,046 turnos al bate.

El presidente de la Federación de Béisbol de Puerto Rico, el licenciado Israel Roldán, en tanto, recordó que ver a Pellot jugar era presenciar un espectáculo.

“Dudo que haya existido una primera base tan fogosa y creativa como él. Tuve el privilegio de verlo jugar y era todo un espectáculo. Era el tipo de jugador por el cual uno iba a ver un juego sin importar los equipos. Algo así como era ver a Roberto Alomar jugando segunda base”, dijo Roldán al recordar al arecibeño e hijo adoptivo de Caguas y alabar el tiempo que dedicó a la niñez y juventud de nuestro país.

Uno de los niños que bien lo recuerda, ahora hecho un hombre y tras una carrera en el béisbol, lo es el recién nombrado dirigente del equipo Puerto Rico para el Clásico Mundial de Béisbol, José 'Cheito' Oquendo.

“Soy uno de sus hijos. Sé que en este momento él estaría bien orgulloso de mi nombramiento. Le envío mi más sentido pésame a su familia. Pellot fue quien me enseño a mí a jugar como jugué. A los 12 años me llevó a Guaynabo a entrenar”, dijo Oquendo, quien reveló que entre sus funciones como coach de los Cardenales de San Luis está la misión de enseñarle al 'All Star', Albert Pujols, a jugar la primera base, y dijo que lo hace continuamente hablándole de lo que aprendió de Pellot.

Vocero

"Hay mucho que agradecerle a Pellot"
Cuando se habla de Víctor Pellot Power son muchos los deportistas que se quitan el sombrero. La muerte en la mañana de ayer de uno de los más grandes peloteros de la historia de Puerto Rico inspiró a algunas de las personalidades más importantes del deporte puertorriqueño a rememorar sobre lo que fue y significó la figura de Pellot Power. No tan sólo fue un ícono del béisbol nacional, sino que sus roces con el racismo que dominaba a Estados Unidos en los cincuenta ejemplificó la lucha de los peloteros latinos y negros. Por eso, ahora es recordado por sus colegas y amigos en muchas facetas, desde pelotero de lujo hasta luchador incansable en contra del racismo deportivo.

Orlando ‘Peruchín’ Cepeda, miembro del Salón de la Fama de Grandes Ligas:

"Yo conocí a Víctor en el año 45, si no me equivoco. Él tenía 16 ó 17 años y yo era un niño cuyo papá era primera base con Caguas, su equipo. Me acuerdo cuando entró al béisbol organizado. En aquel entonces, Pellot, que había firmado con los Yanquis, se quejaba del racismo, pues decía que no importaba cuán bueno eras, nunca te daban la oportunidad. Los más jóvenes le agradecemos porque fue primero que nosotros… y eso que él entró en el 54 y yo en el 58. Fue un latino dentro de 200 blancos americanos y nunca se le dio su lugar de mención como merecía. Fue uno de los mejores peloteros del mundo. Para colmo, venía aquí y jugaba todos los juegos de béisbol invernal y luego iba a la Serie del Caribe. Hay mucho que agradecerle a Pellot".

Héctor Cardona, presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico (COPUR):

"El COPUR y el deporte puertorriqueño está triste con la partida de quien en su época fue la mejor primera base del mundo. Estoy seguro que su nombre va a retumbar en el futuro, igual que (Roberto) Clemente. Lo vi jugar segunda y tercera base también… era un fenómeno tanto con la mascota como con el guante. Si jugara en esta época moderna, sería olímpico pues el mundo del béisbol cambió. Seguramente lo recordaremos en una futura premiación olímpica".

Joaquín Martínez Rousset, periodista que cubrió a Pellot Power desde sus inicios:

"Le gustaba mucho compartir con la prensa, leer y contar sus anécdotas, en especial en los años que no lo subieron los Yanquis, él consideraba que era por ser negro. Fue a parar a Kansas City y las cosas que le pasaban eran fuertes, pues vivió una época dramática. Le tocó vivir separado de los blancos, no podía ir a los mismos restaurantes de los blancos. Para mí, su hazaña más grande fue robarse el home en dos ocasiones en un mismo juego. En cierta forma, sobre su relación con la prensa, se podría comparar un poco con Yogi Berra, lo único que Berra daba citas locas y Pellot daba anécdotas".

Israel Roldán, presidente de la Federación de Béisbol:

"Es una pérdida para el béisbol, para el deporte y para el país. Uno de los mejores peloteros que ha dado el país, que lamentablemente vivió en una época que no le permitió jugar más años. Si hubiese jugado en la época de Peruchín o en esta época hubiese sido un ‘Hall of Famer’. Creo que la regla de ‘infield fly’ se crea por la astucia con la que Pellot dejaba caer la bola y hacía la doble jugada. Debe haber un movimiento legítimo y de justicia encaminado a que pueda entrar al Salón de la Fama".

José ‘Cheíto’ Oquendo, dirigente del Equipo Nacional de Béisbol y ex jugador de pequeñas ligas bajo su tutela:

"Lo conozco desde que tenía doce años, jugaba en Río Cañas e iba a sus clínicas tanto en Caguas como en Guaynabo. Luego me daba pon hasta Caimito y me dejaba en la entrada porque decía que no se atrevía a entrar. Muchas de las cosas que aprendí sobre los fundamentos del béisbol se las debo a él".

Mako Oliveras, dirigente de los Indios de Mayagüez

"Cuando inventaron los trucos en el béisbol, Pellot estaba en primera fila. Tuve el privilegio de estar en un equipo con él y era como ir a la universidad".

El Vocero

Fallece un artista de la inicial
Víctor Pellot Power, considerado por muchos como el mejor inicialista defensivo que ha tenido el béisbol, falleció ayer por complicaciones relacionadas al cáncer. Tenía 78 años.

Pellot Power, el quinto boricua que ascendió a las Grandes Ligas y el primer jugador de la raza negra en ser firmado por los Yanquis de Nueva York, sufrió un deterioro en su condición durante un examen de rutina el miércoles en el hospital San Pablo, en Bayamón. Fue ingresado en la unidad de intensivo hasta ayer por la mañana. Falleció en compañía de su hermana Carmen y su hijo homónimo.

"Estaba tranquilo, siempre con su buen humor…", dijo Víctor, Jr., portavoz de la familia. "Esa era la manera en que siempre vio la vida, con mucha jocosidad".

Considerado por el también fallecido Rubén Gómez como "el mejor atleta puertorriqueño de todos los tiempos", Víctor Felipe Pellot Pové, o Vic Power, como le conocieron en Estados Unidos, nació en Arecibo el 1ro. de noviembre de 1927. Desde muy temprana edad comenzó a jugar béisbol y ocupaba cualquier posición que estuviese vacante en su equipo.

Fue firmado por los Yanquis en 1947, quienes le compraron el contrato al Drumondville en la liga canadiense por $7,500. Sin embargo, nunca llegó a jugar con este conjunto en las Mayores, y la única razón fue el color de su piel. A finales de 1953 fue canjeado a los Atléticos de Filadelfia.

Llevó su versatilidad juvenil a las Mayores, en donde llegó a jugar todas las posiciones, menos lanzador y receptor. En su primer año jugó 101 partidos en los jardines, 21 en la inicial, uno en el jardín corto y uno en la tercera base.

Pero fue la defensa de la inicial lo que lo convirtió en leyenda. Pellot Power no sólo reinventó la posición con una combinación de elegancia, astucia, gracia, maña y habilidad natural, sino que dio a conocer su carácter jovial en sus conversaciones con otros peloteros.

"La primera base era un salón social", dijo en una entrevista reciente. "Todos esos tipos tenían que pasar por allí. De hecho, Casey Stengel le decía a sus jugadores que no hablaran conmigo porque los distraía cuando el coach de tercera estaba dándoles las señales… el coach dando señales y ellos entretenidos en un ‘bla, bla, bla’ conmigo".

En una época en la que la bola se atrapaba utilizando las dos manos, Pellot se ganó la admiración de unos -y el rechazo de otros- al capturar con una mano. "Si el que inventó este juego -decía- hubiese querido que se capturara con dos manos, hubiese hecho dos guantes".

Pero las críticas se fueron apaciguando con los siete Guantes de Oro que ganó en sus doce años de carrera. Al bate, conectó para .284, con 156 jonrones y 658 empujadas, y sólo se ponchó en 247 ocasiones en 6,046 turnos al bate con los Atléticos de Filadelfia y Kansas City, Cleveland, Minnesota, Filis de Filadelfia y Angelinos de California, todo esto sobreviviendo en una época de segregación racial institucionalizada, que combatió con la misma gracia y elegancia con que manejaba su mascota.

"Cuando estaba en las menores -narró hace un tiempo- el equipo se fue al hotel después de un juego y a mí me mandaron a dormir en el segundo piso de una funeraria… me llevé uno de los bates por si acaso. Pero esa noche descubrí que los muertos ni hablan ni caminan".

"Cuando llegué a los Yanquis -agregó- el gerente dijo: ‘Los negros a un lado’. Yo miré y vi a los otros al otro lado y me di cuenta de que era el único. En ese momento, me pregunté ¿y qué seré yo? Yo pensé que yo era un ser humano, un hombre, una persona".

A su retiro, se dedicó a enseñar los fundamentos del béisbol a la juventud boricua. Fue dirigente, entrenador o instructor de figuras como Roberto Alomar, José ‘Cheíto’ Oquendo, Jerry Morales, Guillermo Montañez y José ‘Cheo’ Cruz, entre otros.

Su carrera en la Isla se extendió por más de 20 años, todos con los Criollos de Caguas. Debutó en 1947 y fue dos veces campeón bate, dos veces líder de jonrones, Jugador Más Valioso en 1955-56 y Dirigente del Año en 1959-60. Participó en ocho series del Caribe y en 2001 fue exaltado al Salón de la Fama de la Confederación de Béisbol del Caribe.

El cuerpo de Pellot Power estará expuesto desde hoy, a las 10:30 a.m., en el Museo del Deporte Puertorriqueño, en Guaynabo. El sepelio será el viernes por la tarde.

Le sobreviven sus hermanos Nelson, Ada y Carmen, y doce hijos.

El Expreso

Fallece una leyenda del béisbol
BAYAMON - Víctor Pellot Power, una de los mejores inicialistas defensivos de la historia, falleció este pasado martes, a la edad de 78 años. Su hermana Carmen indicó que Pellot falleció víctima del cáncer, que le inició en la próstata y después se reflejó en otros órganos.

Pellot, nacido en Arecibo, libró una recia lucha por su vida tras contraer cáncer, pero la enfermedad lo abatió finalmente. Estaba recluído en el hospital San Pablo de Bayamón. El estelar inicialista ganó siete guantes de oro en las Grandes Ligas y dos campeonatos de bateo en la liga de béisbol profesional de Puerto Rico.

Inicialmente, Pellot fue contratado por los Yanquis de Nueva York en 1951. Pese a brillar en las menores, los Yanquis nunca lo ascendieron al primer equipo. Si los Yanquis no hubiesen escogido a Elston Howard sobre él, Pellot habría sido el primer jugador de raza negra en militar con la divisa neoyorquina.

Debutó en las Grandes Ligas en 1954 con los Atléticos de Filadelfia y, posteriormente, jugó con Cleveland, Minnesota y los Angelinos de California. Participó durante 12 años en las mayores y junto al lanzador Luis “Tite” Arroyo fueron los primeros puertorriqueños en participar un el Juego de Estrellas, hecho ocurrido en 1955 en Milwaukee. “Para mí, Pellot ha sido el mejor inicialista defensivo que pasó por las mayores”, dijo Jorge Colón, historiador de la pelota local.

Otra de sus proezas es haber sido uno de los 11 peloteros que se han robado el plato dos veces en un mismo partido de las Grandes Ligas. Lo hizo en 1958 con los Indios de Cleveland, en una temporada en la que sólo se estafó tres bases durante todo el año.

El Nuevo Día

Iniciativa para exaltar a Vic Power
Entre múltiples anécdotas y recuerdos, un puñado de familiares, amigos, compañeros y fanáticos se reunieron ayer en el anfiteatro del Museo del Deporte Puertorriqueño en Guaynabo para celebrar la vida de Víctor Pellot Power, y promover una idea trascendental.

En reconocimiento a sus proezas en el terreno de juego, allegados a Pellot Power hablaron sobre la posibilidad de promover su candidatura al Salón de la Fama del béisbol de Grandes Ligas a través del Comité de Veteranos, propuesta ya en agenda de los directivos del Museo.

“Lo habíamos hablado con Víctor, y definitivamente los que tienen que ayudar con eso son los que ya están dentro del Comité, como (el dominicano) Juan Marichal, que viene a estar con nosotros la semana que viene”, dijo el director ejecutivo del Museo, Rafael ‘Rafi’ Serrano Segarra, a El Nuevo Día.

Anticipó, incluso, que la solicitud oficial debe ser sometida en par de semanas, junto a la candidatura de Francisco ‘Pancho’ Coímbre al Comité de las Ligas Negras. El representante Angel Pérez anticipó su disposición a conseguir apoyo oficial de la Legislatura a la candidatura.

“Lo de Víctor Pellot hay que sobreponerlo. Tuvo siete Guantes de Oro en la época más mala del racismo, superando a muchos americanos rubios, blancos y de ojos azules. Para hacer eso tiene que haber sido un fenómeno, algo fuera de lo común”, subrayó el reclutador de talento Jorge Posada.

José ‘Ronquito’ García, gerente general de los Atenienses de Manatí, destacó que su ex dirigente profesional en Caguas “tiene una gran oportunidad de estar ahí (Salón de la Fama). En ese Comité de Veteranos hay mucha gente que lo vio jugar y saben el gran atleta que era”.

Pellot Power, fallecido anteayer por complicaciones de salud a los 78 años de edad, también fue escogido para cuatro Juegos de Estrellas como parte de su carrera de 12 años en las Mayores.

“La grandeza de Víctor Pellot es que abrió paso en las Grandes Ligas para los peloteros de color y latinoamericanos”, manifestó la ex estelar integrante del Equipo Nacional de sóftbol femenino Ivelisse Echevarría, directora de Deportes del Municipio de Guaynabo, que asumió los gastos fúnebres del recordado beisbolista.

Vic Power, como le llamaban en las Mayores, también fue parte del cuerpo técnico de la selección de sóftbol femenino. En ese tiempo trabajó con la gloriosa Miriam ‘Betty’ Segarra, a quien muchos aún comparan con Pellot Power.

“Me ayudó mucho como jugadora... y me siento sumamente orgullosa de que me comparen con él. Dondequiera que lo entrevistaban decía que después de él, yo era la mejor”, recordó Segarra sin poder contener el llanto.

Junto a sus logros deportivos, Pellot Power fue un ser de personalidad extravagante, e incomprendido para muchos. “Hubo un sector en Puerto Rico que nunca lo entendió, pero era una de las personas más amables... y un tipo absolutamente libre, que le gustaba vivir a su manera”, aseveró García, aunque Posada opinó que “sufrió mucho porque no lo reconocieron como debió ser”.

Otro legendario ex pelotero, José Guillermo ‘Pantalones’ Santiago, comentó que Pellot Power “se hizo por sus propios méritos y después que terminó de jugar, se dedicó a enseñarle a los muchachitos. Fue un total dedicado al béisbol, y punto”.

En la amistad de más de tres décadas que los unió, el escucha y técnico de béisbol juvenil Jorge William Santiago conoció el compromiso de Pellot Power con la juventud, aunque confesó que “por timidez, por arrogancia o por ignorancia, el pueblo no supo reconocer a Víctor”.

Tranquilo en un rincón del Museo, el toabajeño Carlos Andrés Tanco, estudiante universitario en Nueva York, confesó que en los seis meses que vivió este año como asistente de Pellot Power “nos hicimos buenos amigos, y eso se convirtió en algo como hijo y papá... doy gracias a Dios porque me permitió conocer al tipo, no al pelotero”.

El velorio seguirá hoy en el Museo de 10:00 a.m. hasta la medianoche. Mañana habrá una misa a las 11:00 de la mañana, antes de salir la comitiva fúnebre a las 2:00 de la tarde hacia el cementerio Porta Coeli de Bayamón.

“Una gloria como esa el país no la olvida. Es como si no muriera. Uno se da cuenta que trascendió. Para Puerto Rico es un ídolo”, enfatizó Víctor Hugo Pellot, uno de los hijos del fenecido pelotero y ayudante especial del alcalde de Carolina, José Aponte de la Torre.

El Nuevo Día

Ultimo adiós a Pellot
Sábado, 3 de diciembre de 2005

El buen humor que lo caracterizó toda su vida aún cuando pasara por los momentos más difíciles, ayer se hizo evidente pocos minutos antes de que los restos de Víctor Pellot Pové fueran sepultados en el Cementerio Porta Coeli en Bayamón.

Como parte de la despedida de duelo, a cargo del licenciado Osvaldo Gil Bosch, ex presidente de la Federación de Béisbol Aficionado de Puerto Rico, recordó no sólo las hazañas de Pellot dentro y fuera del terreno de juego, sino también su carácter jovial. Al punto de que, a pesar de que se le cortó la voz un par de veces, Gil concluyó el discurso con uno de los famosos chistes de ‘Vic Power’, como lo bautizaron en Grandes Ligas.

“Cuando el periódico escribió que el béisbol estaba de luto, yo pensé, ‘también está de luto la risa’”, señaló Gil, haciendo una pausa para controlar las lágrimas.

“Hablar de Víctor Pellot es difícil y es fácil”, dijo el también ex presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico, para luego explicar que lo complicado del asunto era poder sintetizar en pocos minutos la vida de un jugador de la talla del ex primera base, ganador de siete Guantes de Oro en el béisbol de las Mayores.

“Hoy se convierte en leyenda por derecho propio... fue además de pelotero genial, un maestro. Hombres como Víctor Pellot jamás mueren. Mueren aquellos que la gente olvida”.

Ese fue prácticamente el llamado que hicieron varios, llegando a un consenso, para que la figura y lo que representó Pellot no sea dejado en el olvido. Pero al ex inicialista de los Criollos de Caguas del béisbol invernal, evidentemente le preocupó más, antes de partir, lo que pudiera pasar con el futuro de muchos de sus pupilos.

Así lo dejó saber su hermana mayor, Carmen Petra, quien recordó que en medio de su enfermedad y ya en sus últimos días de vida, Víctor le pidió a dos amistades cercanas que se comprometieran a continuar adelante con el trabajo que él estuvo haciendo con la juventud enseñándole a jugar béisbol.

“Él hizo un sacerdocio de la niñez de Puerto Rico”, dijo Gil en otro momento de su mensaje, haciendo referencia a que Pellot siempre estuvo ligado al béisbol de categorías menores, impartiendo sus conocimientos.

“Exhorto a las autoridades a que no dejen que Víctor Pellot y su memoria se pierdan”, reclamó también Gil, para después despedir el duelo pidiendo un sonoro aplauso a los que llenaron la capilla del cementerio.

Esa larga ovación de pie, causó emoción en uno de los hijos de Pellot, Víctor Hugo, quien con lágrimas en los ojos continuaba aplaudiendo la memoria de su padre.

Posteriormente, en un acto simbólico, Gil junto al amigo de más de 30 años de Pellot, Jorge Williams, anunciaron el retiro del número 10 de Puerto Rico que usó el inicialista, algo que según explicó luego el director de prensa del municipio de Caguas, José Francisco ‘Pepo’ Pereira, es realmente un movimiento para solicitar posteriormente a la Liga de Béisbol Profesional que se retire oficialmente.

Gil Bosch también recordó cuando reclutó para 1972 tanto a Roberto Clemente como a Pellot para trabajar con el Equipo Nacional, y destacó que con todo el talento de Clemente como pelotero, Pellot lo superaba en la manera de transmitir esos conocimientos.

“Yo creo que el pueblo de Puerto Rico lo admiró mucho. Todo el pueblo estuvo allí (durante el velatorio en el Museo del Deporte) presente, contando sus anécdotas, sus récords en el deporte... creo que eso nos fortaleció mucho. Y quiero agradecerle al pueblo entero su despliegue allí con nosotros. Fueron muestras de aprecio”, dijo por su parte Víctor Hugo, en un aparte.

Poco antes de que el cortejo fúnebre partiera desde Guaynabo e hiciera un recorrido por la Urbanización Muñoz Rivera donde vivía Pellot y donde está el estadio que lleva su nombre, el ex presidente de la Liga de Béisbol Profesional, Joaquín Monserrate Matienzo también se comprometió en su carácter personal, a procurar por que no sea olvidada la figura del legendario primera base.

“Ese compromiso lo hice en mi carácter personal, como ex presidente de la Liga, y porque varios peloteros profesionales me pidieron que hiciera esas expresiones. Sin duda, Pellot no puede ser olvidado. Recordemos que fue el mejor en su posición”.

Una de esas personas a quien Pellot comprometió antes de morir, fue a René Balloveras, quien lo ayudó por los últimos cuatro años con su programa de béisbol, y recíprocamente Pellot asistía a los campamentos que Balloveras da en Albergue Olímpico, como uno de los instructores de academia de la organización de los Mets de Nueva York.

“Me hizo garantizarle que yo iba a seguir con su programa los martes (en el parque Víctor Pellot)”, dijo Balloveras, quien tendrá un campamento en Salinas del 27 al 30 de diciembre y será dedicado al fenecido ex pelotero.

El Voceros

Despiden con altos elogios al genio de la inicial
BAYAMON - Una ovación de 45 minutos con el público de pie marcó ayer la despedida de Víctor Pellot Power, en la que se resaltó no sólo su genialidad como inicialista de Grandes Ligas y su don para la enseñanza del deporte que amó, sino su apostolado en beneficio de la juventud de Puerto Rico.

Familiares, amigos, líderes del deporte y peloteros del pasado, presente y futuro rindieron el último homenaje al hombre que revolucionó la defensa de la primera base y que halló una manera poco convencional de enfrentarse a la dura tarea de jugar béisbol en una liga integrada, pero en una sociedad segregada.

"Hago una exhortación general al gobierno a que no dejen que su memoria se le pierda a este país", comentó en la despedida de duelo, el ex presidente de la Federación de Béisbol, Osvaldo Gil Bosch. "Hay un trastoque de valores infinito en este país, y creo que las nuevas generaciones merecen saber de la vida y la obra de Víctor Pellot Power".

Estas palabras de Gil Bosch no encontraron un blanco, pues ningún representante del Gobierno o la Legislatura asistió a los actos. De hecho, el Gobernador Aníbal Acevedo Vilá no declaró luto nacional por la muerte de Pellot Power.

Gil Bosch describió a Pellot Power como "un hombre inolvidable, irrepetible…que hizo un sacerdocio de servicio a la juventud puertorriqueña a través de sus enseñanzas del béisbol".

"Si le hubiesen preguntado en estos últimos días si fue feliz, estoy seguro de que hubiese dicho que sí", comentó Gil Bosch. "Fue un hombre que hizo lo que quiso y que nunca dejó de cumplir su compromiso con la niñez…Fue maestro, líder, carismático, de leyenda. Dejó una huella donde quiera que estuvo".

"Fue un pelotero genial", agregó. "Creo que excelente o magnífico no describen el desempeño de Víctor Pellot como inicialista. Revolucionó la base que jugó. Era un hombre seguro de sí mism, que conocía sus habilidades y que tenía las luces largas…se anticipaba a las situaciones del juego".

La despedida comenzó a media mañana con una misa en el teatro del Museo del Deporte . Posteriormente, el micrófono quedó abierto para que varias personas expresaran su sentir en torno al legendario pelotero. Entre otros, pasaron el abogado, historiador y ex presidente de la Liga de Béisbol Profesional, Joaquín Monserrate Matienzo, quien hizo alusión a la inteligencia y la sabiduría beisbolera de Pellot Power. "Sentarse al lado de él a ver un juego era una maravilla".

"Sepan ustedes, los familiares de Victor Pellot, que su legado permanecerá vivo en la memoria de todos los puertorriqueños", concluyó Monserrate Matienzo.

El presidente del Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño, Bob Leith, le entregó un botón de exaltado "para que cuando llegue allá arriba, sepan que es uno de los grandes. Este país necesita héroes genuinos como Víctor Pellot Power".

El joven Jorge Chévere, vestido con su uniforme de pelotero de la Puerto Rico High School and Baseball Academy, recordó una anécdota que atesora de Pellot.

"Fui a saludarlo un día al parque", comentó el joven. "Estaba de espaldas al terreno y me preguntó qué decía en el jardin izquierdo. Le dije que no sabía y me dijo que mirara y le dijera. Cuando leí ‘320 y Banco Popular’, le dije que no entendía el mensaje. Y me dijo: ‘el mensaje es que lo que tú leas, nunca se te va a olvidar. Nunca olvidaré esa y otras enseñanzas".

Al salir del Museo, la comitiva fúnebre se dirigió al Parque Víctor Pellot Power, el único con su nombre, en la Urbanización Luis Muñoz Rivera. Un grupo de jóvenes peloteros le hizo una guardia de honor a su paso la instalación.

Primera Hora

¡Adiós, Maestro!
Víctor Pellot Power fue enterrado ayer en el cementerio Porta Coeli de Bayamón en una emotiva ceremonia. (Juan Luis Martínez/ PRIMERA HORA)

VÍCTOR Pellot Power hizo de todo durante su carrera como pelotero: desde grandes ejecutorias en las Grandes Ligas hasta los múltiples campeonatos con los Criollos de Caguas.

No obstante, tanto familiares como amigos lo recordaron ayer, durante su entierro en el cementerio Porta Coeli de Bayamón, no por su carrera deportiva, sino por la forma en que utilizó el béisbol como herramienta para ayudar a muchos jóvenes en su camino a formarse como adultos responsables.

En el día de ayer, Pellot, quien murió a los 78 años el pasado martes debido a complicaciones relacionadas con el cáncer que padecía, recibió de vuelta mucho del cariño que repartió.

A las 11:00 de la mañana se llevó a cabo un servicio religioso en el Museo del Deporte de Puerto Rico en Guaynabo, lugar en el que su cuerpo estuvo expuesto desde el pasado miércoles.

Luego que la familia de Pellot pasara unos minutos a solas con el cuerpo del pelotero, la comitiva fúnebre partió del Museo del Deporte rumbo al parque que lleva su nombre en la urbanización Luis Muñoz Rivera de Guaynabo.

Allí, un grupo de jóvenes con sus uniformes de béisbol de la Puerto Rico Baseball Academy and High School le rindieron un homenaje y se apostaron a ambos lados de la calle por donde pasó el coche fúnebre con los restos de Pellot. También depositaron claveles sobre el auto y observaron un minuto de silencio, seguido por otro minuto de aplausos. Digno tributo para quien dedicó su vida a ayudar a los niños a aprender el deporte en el cual tantos frutos obtuvo.

Cada vez más, Pellot se acercaba a su morada final en Bayamón.

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El resumé de Pellot era impresionante. Primer puertorriqueño de la raza negra en jugar en la Liga Americana en las Mayores. Primer boricua, junto a Luis Arroyo, en ser escogido para un Juego de Estrellas. Primer puertorriqueño en conquistar un Guante de Oro -logró siete en total-.

Todas estas cualidades fueron resaltadas por figuras como Bob Leith, presidente del Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño, Cristóbal "Caguitas" Colón, ex apoderado de los Samaritanos de San Lorenzo en la pelota Doble A, y Joaquín Monserrate Matienzo, ex presidente de la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico (LBPPR), entre otros invitados que tomaron el podio de la capilla del cementerio Porta Coeli para hablar sobre las hazañas de Pellot.

El centenario Emilio "Millito" Navarro, primer boricua en las Ligas Negras, describió con lujo de detalles el tipo de persona que fue Pellot. "Víctor

venció el racismo al entrar en las Grandes Ligas. No le hacía caso a nada de eso. Tenía las cualidades dentro y fuera del terreno para actuar de la forma que lo hizo y conseguir todos esos halagos que se le han hecho", expresó Navarro con claridad.

"Y, no son superfluos, pues todos son verídicos. Dios lo está esperando con los brazos abiertos, y aunque estamos tristes ante su pérdida, todos tenemos que realizar ese trayecto tarde o temprano. Que Dios lo bendiga", subrayó Navarro en entrevista con PRIMERA HORA.

El licenciado Osvaldo Gil, ex presidente de la Federación de Béisbol Aficionado de Puerto Rico, tuvo a su cargo el discurso principal durante la despedida de duelo.

"Hombres como Víctor no mueren. Sólo muere aquel que es olvidado. Víctor fue un líder, un maestro, un personaje carismático, en fin, una leyenda. Como pelotero era genial, pero siempre tuvo el don de enseñar, regalo que siempre utilizó para ayudar a nuestra juventud. Víctor fue un buen pelotero, un buen entrenador y dirigente, pero sobre todo, un gran puertorriqueño", puntualizó Gil.

Acto seguido, Gil procedió a retirar simbólicamente el número 10 de Pellot Power. De igual manera, se informó que el 1 de noviembre de 2006, día del natalicio de Pellot Power, se celebrará su cumpleaños en el estadio Hiram Bithorn. También, se harán gestiones con el alcalde de San Juan, Jorge Santini, para retirar oficialmente el número 10 de Pellot Power y colocarlo en la valla del estadio.

Otro que dijo presente en el sepelio fue Carlos Andrés Tanco, quien pese a no ser pariente del ex pelotero, fue tratado como uno más de sus hijos, pues según relató, fue Pellot quien le ayudó a conseguir una beca mediante el béisbol para estudiar.

"Estuve viviendo con Víctor por varios meses y puedo decir que fue la mejor experiencia que he tenido en mi vida. Él siempre estuvo claro de lo que era y de lo que fue. Voy a estar eternamente agradecido tanto de Víctor como de su familia, pues siempre me ayudaron", destacó Tanco a este diario.

Todos coincidieron en que Pellot llevó una vida completa, sin resentimientos, y ningún ser humano puede pedir más.




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