FUNDACION
ORIGEN
PATRON DE PUEBLO
COGNOMENTO
GENTILICIO
El proceso de fundación de la Aldea de Villalba se completa durante los primeros meses
de 1895. El 27 de diciembre de 1895 se firma el documento formal oficial de cesión por
parte de José Ramón Figueroa, de los terrenos, estructural y facilidades
correspondientes.
El nombre de Villalba se cree que surgió de el marqués de Villalba quien fue uno de los
colonizadores.
Nuestra Señora del Carmen
La ciudad avancina
villalbeños
ESCUDO
Descripción:
En campo de sinople, en puente, una villa
puertorriqueña del siglo XIX, con seis casas y una
iglesia, de plata adjuradas de gules: la iglesia
cargada de un escusón con las armas de la orden del
carmelo; y en jefe a la diestra, un lucero de plata. Al
timbre, corona mural de oro, de tres torres,
mamposteada de sable y adjurada de sinople.
Simbolismos
El poblado está representado por las edificaciones y el lucero de alba. El blasón de la
orden del Carmelo se refiere a nuestra Señora del Carmen patrona de la población. Los
demás símbolos aluden al apellido Figueroa, recordando la bordadura al fundador, Don
José Ramón Figueroa. La corona mural es un distintivo de los blasones municipales y
significa la unión y la solidaridad en la defensa de sus tradiciones, libertades y bien
común.
BANDERA
Deriva su diseño del diseño y esmaltes del Escudo Municipal, con la diferencia de que en ella los metales oro y plata se sustituyen por los colores amarillo y blanco, respectivamente. Su organización consiste de cuatro franjas horizon-tales, desiguales en su anchura, que de arriba hacia abajo guardan el siguientes orden. Verde Blanca almenada Verde Amarilla En el lado inmediato al asta de la bandera, en la franja superior, figura, en color blanco, el mismo lucero del escudo.
Para ver la bandera de VILLALBA Pulsa Aquí
HIMNO
A las orillas del Río Jacaguas
yace mi pueblo bello y gentil.
Por sus encantos y buenas aguas
es de la isla grato pensil.
Tiene mi pueblo muy pocas calles,
muchas colinas de gran verdor;
la dulce caña crece en su valles,
Plátanos, chinas de lo mejor.
Y si la suerte me lanza lejos
de los reflejos de mi ideal.
Sepa mi pueblo idolatrado
que será amado por siempre igual.
Aunque pequeño yo no lo olvido
y a otros lugares voy a pasear.
Sitio tan bello y tan querido
un villalbeño no olvidará.
BARRIOS
Fuente:
Negociado del Censo de los
E.E.U.U., Censo 2000.
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ALGUNOS DATOS
Para el año 1846, Juana Díaz lo constituían los barrios: Río Cañas Arriba, Río Cañas Abajo,
Lomas, Sabana Llana, Tijeras, Guayabal, Capitanejo, Jacaguas, Cayabo, Collores, Hato Puerco
Arriba, Hato Puerco Abajo, Villalba Arriba y Villalba Abajo y para el 1917, los útimos 6 barrios
organizaron una comunidad autónoma llamado Villalba el cual fue un barrio de Juana Díaz hasta el
1917.
El origen del nombre de Villalba posiblemente proviene por su relación que había en el 1875 con el pueblo
de Villalba de la provincia de Lugo en Galicia, España.
Don José Victor Figueroa comenzó las gestiones oficiales en el 1916 para la separación de Villalba de Juana Díaz.
Sus fundadores lo fueron José Ramón Figueroa y Walter Mck Jones.
Al comenzar su vida oficial como pueblo Villalba era un conjunto urbano muy sencillo y
rudimentario. A parte del amplio territorio rural que adquiría al añadírsele algunos de los
antiguos barrios de la altura juanadina, el municipio no tenía territorio propio en la zona
urbana salvo las cesiones específicas que había hecho don José Ramón Figueroa.
Según el plan de urbanización que se propone y que ya había sido aprobado por el
Negociado del Obras Públicas del Departamento del Interior, los nuevos límites del pueblo
serían los terrenos donde podría extenderse la población al norte; al este Río Jacaguas; al
oeste la Quebrada Achiote; al sur los terrenos de Mr. McJones. De paso, se confirma que
éste pensaba construir una central azucarera en sus terrenos, ubicados al sur de la zona
urbana. El presupuesto total de obras de urbanización que se proponían ascendía a
$32,020.02. Conlleva calles, ensanchamiento y plaza pública. De ese total había que
comprar 4.04 cuerdas a Casimiro Figueroa, 0.56 a McJones y 0.34 a los Biaggi. Se
hacía evidente que la primera gran lucha municipal consistiría en tomar las medidas
adecuadas para allegar los fondos y asumir las responsabilidades fiscales
indispensables para adquirir los terrenos y las propiedades de que se carecía. Esto
quería decir que habría que comprar grandes extensiones de terreno a los Figueroa y
otros propietarios menores, quienes controlaban el sector más céntrico y valioso de lo que
sería el centro urbano.
Estos planes responderían a decisiones que se habían tomado desde mediados de julio
de 1917 cuando el Consejo Municipal hacía sus primeros esfuerzos por levantar un
presupuesto, construir o habilitar un hospitalillo, proveer de medicinas a los pobres,
controlar a los evasores de impuestos, establecer un sistema de patentes municipales y
reglamentar el uso de la calle por parte de vendedores ambulantes, vagos y hasta de los
que se dedicaban a jugar béisbol. Para estos y muchos otros servicios era urgente la
expansión urbana de la cual se generarían mayores ingresos. Una activa comisión
investigaba los terrenos urbanizables. En la sesión del 18 de noviembre de 1919, por
ejemplo, se expresa que es de vida o muerte que el municipio adquiriese terrenos para
abrir calles proceder a su alineación y construir una casa alcaldía, porque la urbanización
traería más fuentes de arbitrios para las atenciones de su presupuesto. Se asignaron
sobre $3000.00 para el inicio de las más urgentes de dichas obras y se designó un grupo
que investigaría los precios de los terrenos y las posibles condiciones de compra-venta.
Hasta se llegó a proponer que de tratarse de necesidades públicas inaplazables.
El 21 de febrero de 1921 se aprobó el contrato de compra de unas seis cuerdas de
Casimiro Figueroa, también contiguas a la zona urbana, a $500 por cuerda, pagaderos
en cinco años. Esta relación de los Figueroa, especialmente Casimiro, como vendedores
al municipio, se extendería. En marzo de 1924 se le compró otra cuerda para construir lo
que sería la Escuela McJones y aún en noviembre de 1944 se le compraban nueve
cuerdas adicionales por la cantidad de $8,400. Las actas también revelan los pleitos y
las quejas que se suscitaron por problemas de endeudamiento del municipio con
Casimiro Figueroa.
Simultáneamente con estos esfuerzos por ampliar las bases urbanas de la población
construyendo y ensanchando calles, se intentaba iniciar las gestiones para proveer a la
ciudadanía de otros servicios esenciales. Hacía falta acueducto, casa alcaldía, caminos
vecinales y matadero y carnicería, entre otros. Para estos fines, a las contribuciones
existentes se le añadió una tributación especial adicional que consistía en cincuenta
centésimos del uno por ciento sobre el valor tasado de toda la propiedad mueble e
inmueble ubicada dentro del municipio.
Desde marzo de 1924 el gobierno municipal reactivaba sus gestiones para instalar el
alumbrado eléctrico de Villalba. El 10 de marzo se autorizó un empréstito por $15,000
para ese y otros fines y hacia septiembre del mismo año se había logrado que el
Departamento del Interior aprobara la propuesta del ingeniero electricista Antonio
Cosme, con un presupesto total de $3,126.35. El debía comenzar en marzo de 1925 y
terminar en o antes de junio del mismo año. Existe toda la documentación con la firma del
alcalde Diego Ismael Rivera, en la que se recogen los detalles del contrato y del proyecto
mismo, que consistía en "la instalación de una línea desde la represa del Guayabal (El
Lago), hasta la población, y el establecimiento de un sistema de distribución en la
localidad”. Asimismo, se continuaban las gestiones en torno al futuro acueducto. Hacia
fines de 1923 se discutían las alternativas de aprovisionamiento de agua entre las
quebradas "Achiote" o "María Olaya". Todavía en 1929 estaba en construcción el
acueducto. En marzo de 1927 se autorizaba la subasta para la construcción del nuevo
cementerio en dos cuerdas que se le habían comprado a José Víctor Figueroa por $400.
El municipio de Villalba le daba mucha importancia al problema de la educación de sus
ciudadanos y desde que se constituyó en la Aldea, como hemos visto, se ocupaba por la
habilitación de escuelas. Al principio de la vida municipal apenas existían dos escuelas
primarias en casas de alquiler, una urbana y una rural. Teodoro Alonso, Presidente de la
Junta Escolar municipal, asumió el liderato inicial en este renglón y ya en abril de 1918 se
aprobaban los planes para la construcción de una escuela rural de madera en Hato
Puerco Arriba en un terreno donado por él mismo. En julio de 1925 se completó la
construcción de una escuela de hormigón de tres salones en el sector Romero al lado de
la represa de Guayabal.
La iniciativa más importante en este renglón la tomó Walter McJones, quien se adhirió a
los esfuerzos que hacía el gobierno municipal desde
1921 por construir otra escuela elemental más moderna en dos cuerdas que había
adquirido para estos fines específicos. Desde su central "Juliana" contribuía con el
proyecto y tomó como modelo los planos del edificio de ocho salones que se había
construido en Río Piedras que alberga la escuela Muñoz Rivera. Ya en
carácter de Representante a la Cámara, McJones pudo ejercer mayor influencia en el
Departamento del Interior hasta que el 22 de abril de 1926 se aceptaba la escuela de
hormigón de siete salones. Sin duda, McJones había sido el motor principal de este
proyecto, adelantando las gestiones políticas y administrativas, atendiendo los asuntos
contractuales, los reclamos de los constructores y numerosos detalles adicionales. Al
mismo tiempo, logró que al lado de la escuela en construcción se fundara una pequeña
Granja Agrícola ("Model Farm") durante los primeros meses de 1924.
Villalbeños Distinguidos
Agustín Burgos Rivera (1896-1983)
Líder cívico, benefactor del pueblo, político,
legislador, comerciante y pionero del cooperativismo en Villalba y todo Puerto Rico.
Don José R. Figueroa (1835- 1918)
fundador de la aldea de Villalba.
Pintores:
Enrique de Jesús
Jesús Ortiz
Moisés Aponte
Michael Benítez
Gregorio Torres
Miguel Alvarado
ESCRITORES
Daniel Serrano
Angelina Morfi
Víctor Manuel Marrero
Virgilio Negrón
Doel López
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