En medio de Borinquen te levantas
y es más claro tu sol, fresca tu brisa
y en cada rostro de tu gente humilde
siempre está dibujada una sonrisa.
¡Eres hermoso, hermoso como nadie!
Expertos artesanos son tus hombres
no hay quien iguale tu belleza ufana.
¡Oro lleva tu nombre!
El mangó centinela alza orgulloso
sus recias ramas entre el horizonte
Cantan los ruiseñores y pitirres
entre la verde fronda de tus montes.
El fulgor de tu sol viste de oro
las claras aguas de tu manso río,
el coquí con su canto me despierta
¡Cómo no he de quererte, pueblo mío!