Espléndido Toa Baja, jardín de mis amores,
tú luces por doquiera, tu hermosura sin par.
Son bellas y fragantes tus matizadas flores,
que vierten en el aire su esencia virginal.
Un sol esplendoroso alumbra tu llanura,
risueña, portentosa por su fecundidad;
pues luce eternamente su manto de verdura,
primicias venturosas del clima tropical.
Hermosea tus noches, perenne primavera,
y de tu luna hermosa el pálido rielar,
el Plata caudaloso, que besa tu ribera,
parece una serpiente de plata o de cristal.
Si en los dorados días de mi niñez dichosa,
para colgar mi cuna, me brindaste un hogar,
yo quiero que me guardes, para cavar mi fosa,
un sitio en tus llanuras, bajo el sol tropical
que van siempre unidos.