FUNDACION
ORIGEN
PATRON DEL PUEBLO
COGNOMENTO
GENTILICIO
Se fundó para el año 1738.
existen 2 versiones al respecto:
Por la gran cantidad de manatíes que habían en la desembocadura del río Manatí y en las
costas.
Por el río Manatí que se conocía también con el nombre indígena Manatuabón.
Nuestra Señora de la Candelaria
La Atenas de Puerto Rico
manatieños
ESCUDO
Escudo cuartelado: (1) y (4), en campo de azur, un templo griego de plata, (2) y (3), en campo de plata un Manatí de sable, curvado, y brochante sobre el todo en abismo, un escusón de gules cargado de cinco Ilamas de oro, puestas en aspa. Al timbre, corona mural de plata de tres torres, nada de sable y adjurada de gules y bajo el escudo un volante blanco con la inscripción ATENAS DE PUERTO RICO en letras de sable. El templo griego representa a la ciudad de Atenas, cuyo edificio característico, el Partenón fue uno de los principales templos dedicados en Grecia a Atenas, diosa de la Sabiduría, a la que, según la leyenda, debió su nombre la ciudad. En el escudo simboliza además el apelativo de "Atenas de Puerto Rico" dado a Manatí, por haber sido en las primeras décadas de este siglo, centro destacado juegos florales, veladas, conferencias, certámenes musicales y otras actividades de índole cultural que atrajeran a la ciudad a las figuras más conspicuas de las letras y de las artes de Puerto Rico. El Manatí alude directamente al nombre indígena de la ciudad. Las Ilamas simbolizan las fogatas con que tradicionalmente celebran las fiestas de Nuestra Señora de la Candelaria, Patrona de la ciudad. Los esmaltes azules, plata y rojo, predominantes en el escudo recuerdan al fundador del pueblo, don Pedro Menéndez de Valdés, cuyo blasón familiar ostentaba como principales esos mismos esmaltes. La corona mural es insignia genérica de las municipalidades, como tal timbra los blasones de las ciudades, villas y pueblos.
BANDERA
La bandera lleva la siguiente descripción: una franja blanca ancha, azul ancha unida por una franja roja en el centro. Estos colores son representativos del fundador de la municipalidad Don Pedro Meléndez Valdés.
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HIMNO DE MANATI
Atenas de Borinquen
Autor: Wilfredo Pagán
Que bonito ver la grandezas
de la tierra en que nací
Ver su florrecer y sus playas
como brillan al dormir
Orgulloso estoy de mi pueblo
y precioso Manati
Que grtandioso es conocer
cómos se ha llamdo así.
Coro:
En la Atena de Borinquen
en su cuna meció
todos esos próceres que allí cultivaron
todos los talentos que un pueblo nació,
y a su nombre proclamó
Es la Atena de Borinquen
de gracias y esplendor
de hermosas paisajes que serán recordados
si en tus bellas tierras no llegase a morir
te prometo que nunca serán olvidados.
En mi corazón llevar grabado
el nombre de Manati:
y será mi honor
porque ha sido la razón de mi existir
BARRIOS
Fuente:
Negociado del Censo de los
E.E.U.U., Censo 2000.
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Algunos Datos
Desde el siglo XVII había colonos dispersos por este litoral que es actualmente Manatí, pues queda muy cerca de la población de Arecibo. También cerca de la región del Toa, conocida aún antes.
Manatí se fundó en junio de 1738 en el bario Manatí bajo de Arecibo. Su fundación coincidió con la existencia de plagas y tormentas desvastadoras que impidieron el desarrollo del poblado. Logró este pueblo su nombramiento o incorporación como municipio en 1738, gracias a las gestiones de Don Basilio Vélez Alvarado considerado su fundador. Tenía entonces poco más de dos mil habitantes en todo su territorio. Para fines del siglo había rebasado los tres mil habitantes.
Unos pocos vivían alrededor del terreno común que luego sería la plaza y el resto por sus montes, hatos y estancias. Para el 1829 ya el municipio tenía una población de 6,707 habitantes. Esto incluía 440 esclavos, alto número para su población lo que es indicativo de gran actividad económica en su agricultura y crianza ganadera. También había un considerable número de extranjeros, ingleses, italianos, y portugueses. El pueblo tenía 52 casas y 97 bohíos. En los campos había 205 casas y 442 bohíos. Correspondía en lo civil y en lo militar al Distrito de Arecibo.
En el 1831 estaba formado por los barrios Coto y Arenas Blancas, Yegüada, Tierras Nuevas, Palmas, Atlas, Manatí Abajo, Llanadas, Garrochales, Sabana Hoyos, Bajura, Río Arriba y Cuchillas. En 1853 surgieron los barrios Punta y Boca, pero los barios Yegüuadas y Cuchillas dejaron de pertenecer a Manatí.
Al cambio de soberanía en 1899 Manatí había alcanzado una población de 13,989 habitantes. Su crecimiento poblacional en este siglo ha sido notable. Se puede tomar como medida la carretera Militar construida durante la Segunda Guerra Mundial que pasaba distante de la población, actualmente está dentro de ella. También tuvo un gran desarrollo cultural, especialmente durante los años veinte, treinta y cuarenta. Contaba entonces con un casino de alta sociedad, un casino para artesanos y varias peñas literarias. Sus Juegos Florales hicieron historia.
Para el 1950 tuvo población de 30,449 personas y según el censo de 1990 subió a 39,659, lo que sitúa a Manatí en el número 23 entre todos los municipios. Para el censo del 2000, Manatí tiene, 45,409 habitantes.
Manatieños Distinguidos
Juan R. Ramos Véles
Militó en el Partido Liberal Reformista y en el 1887 fue uno de los
fundadores del Partido Autonomista. Por diferencias políticas con Luis Muñoz Rivera, Ramos
y otros fundaron el Partido Autonomista Puro. Se vinculó a la Unión Liberal Puertorriqueña
y al Partido Republicano Puro. Electo como diputado provincial en 1873 y en 1887 y delegado a la
Cámara en el 1902.
Clemente Ramirez de Arellano (1868-1945)
Farmacéutico, maestro y poeta. Fue director
escolar, juez y alcalde. Entre sus poemas y ensayos están: Atenas, El Carnaval, El Mundo,
El Palenque de la Juventud, La Chispa, La Democracia, La Revista Blanca y Puerto Rico Ilustrado.
Sus poemas Dudo o Creo?, Fiat Lux y La Poesía fueron premiados en distintos concursos literarios al
igual que algunos de sus ensayos: Plantas Indígenas; sus propósitos medicinales y su aplicación
a las ciencias las artes e industrias. Gran parte de su producción poética está reunida en el
cuaderno Algas.
Néstor Rodríguez Escudero
Cuentista y ensayista. Ha colaborado en El Imparcial, El Mundo y
Alma Latina. Es autor de obras de cuentos: Jaucoa, cuentos y leyendas (1958), Cuentos del Mar y
otras páginas (1959), Litoral (premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña, 1962),
Cuentos de la Tierra y Cuentos del Mar (1971) y Estampas de mi Tierra (1980); y de los libros
Ensayos Recogidos (1960).
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